La historia de Viena está íntimamente
ligada el mundo de la música, y no en vano algunos de los compositores más
famosos de la historia nacieron en esta ciudad a orillas del Danuvio. No
resulta extraño por tanto que se puedan encontrar todo tipo de actividades
relacionadas con el mundo de la música, con todo tipo de eventos clásicos que
se celebran todas las noches del año en sus muchas salas de conciertos y hasta
en alguno de sus cafés. Pero Viena no está limitada en exclusiva a los
aficionados a la música.
En Septiembre Viena celebra su festival
de la cerveza, donde se puede disfrutar de la gastronomía local, trajes
regionales y días dedicados a cada una de las regiones de Austria, cada una de
las cuales tiene su día durante el festival.
Los amantes del vino pueden
sorprenderse con los caldos de la ciudad, ya que se trata de la única del mundo
que cultiva sus viñas dentro de su área urbana. Se trata de vinos jóvenes que
se pueden disfrutar en las vinotecas que se encuentran desperdigadas por toda
la zona.
Y en materia gastronómica la oferta es
muy variada, desde la tradicional cocina vienesa, claramente influida por los
muchos países de su entorno hasta el conocido pastel vienés, el Apfelstrudel,
que se puede degustar en el amasadero del Café del Palacio de Schönbrunn y
donde no solo podemos ver cómo se prepara sino que además nos dan la receta
para tratar de hacerlo en casa.
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